El mercado laboral cambia, es dinámico y responde a las necesidades que tienen las empresas. Las compañías siempre están listas para contratar a profesionales que puedan desarrollar su actividad profesional en un entorno laboral complejo. En este sentido, la FP en el mercado laboral despunta del resto de formaciones porque por su capacidad de adaptación cubre las necesidades reales de las empresas.
El grado de capacitación y la competencia profesional son la clave para encontrar un puesto de trabajo. En este sentido, los jóvenes que reciben este tipo de formación son altamente valorados en un entorno como el actual por muchas razones. Entre ellas, porque la tecnología desempeña un papel clave en desarrollo de muchos negocios. Este rol tan activo en el campo de la tecnología hace que las personas que reciben contenidos lectivos en el área de la Formación Profesional tengan las puertas abiertas al mercado laboral.
Eso es así porque las empresas buscan perfiles profesionales de jóvenes que tengan este tipo de capacitación. De hecho, los nuevos yacimientos de empleo aparecen ligados al sector de la tecnología. Este sector es extremadamente dinámico por lo que el grado de competitividad es elevado.
Las empresas buscan, en este sentido, personas que reciban una formación profesional que se pueda adecuar a lo que están buscando. La inserción laboral de las personas que han adquirido un grado con FP está justificada porque su calificación y especialización en diferentes sectores de la economía encaja con lo que están buscando en las empresas.
Atractivo de la FP en el mercado laboral
Los estudiantes de formación profesional se incorporan al mercado laboral con una serie de valores añadidos que les habilitan para desempeñar sus rutinas productivas con eficacia y profesionalidad.
- Los alumnos de FP cuando acaban su formación están listos para incorporarse al mercado laboral. Esto es así porque los itinerarios formativos están completamente especializados y los capacitan para ser eficientes desde el minuto cero.
- Este tipo de formación tiene un compromiso claro con los contenidos lectivos. Y, asimismo, con los prácticos. De hecho, los alumnos salen preparados con grado de especialidad a nivel teórico que les posiciona para ser expertos en la materia que hayan estudiado. Por otra parte, al poner en práctica todos esos conocimientos es una garantía para las empresas porque saben que al contratar a una persona que haya pasado por la FP va a poder aplicar todo su potencial en la empresa.
- Los alumnos que han estudiado en las aulas de un centro de Formación Profesional saben que estar al día es su gran activo. Por ello, tienen claro que deben de estar renovando sus conocimientos para disfrutar de un grado de competitividad relevante en el mercado. Por tanto, son profesionales capaces de reinventarse y de adaptarse a las nuevas circunstancias.
Sector productivo
- Un alumno de formación profesional tiene claros los conceptos estructurales que definen las empresas. De hecho, su conocimiento sobre el sector productivo y de servicios en el que están especializados y la organización de esas empresas es absoluto. Conocen, asimismo, la legislación, los derechos así como los mecanismos de inserción profesional.
- Estos estudiantes adquieren hábitos y valores como la disciplina, la autonomía y la capacidad de autoaprendizaje. Y también aprenden a trabajar solos o en equipo. Estos valores son muy considerados en la empresa porque estos intangibles son básicos para que un buen profesional desarrolle su carrera.
- Son estudiantes dispuestos a emprender nuevos retos y desafíos profesionales. Por ello, este contexto es una palanca que sirve para despertar la creatividad de estos alumnos y su iniciativa en las empresas allá donde trabajen.
Seguridad laboral
- La capacitación académica de los alumnos de formación profesional los capacita para tener una completa formación en materia de seguridad laboral y riesgos laborales. Así como, sobre el impacto de sus trabajos en el medio ambiente. Por tanto, aportan un valor añadido que no es común en otro tipo de formaciones académicas.
- Los estudiantes de formación profesional adquieren una gran capacidad de dominio de las herramientas de la tecnología de la información y de la comunicación. Esto es así porque forman parte de su día a día para ser más productivos en las empresas.
- Finalmente, los alumnos de formación profesional desarrollan habilidades dirigidas a adaptarse constantemente a los cambios que demanda el mercado. Esta flexibilidad laboral los hace imprescindibles y necesarios en un entorno laboral cambiante como en el que vivimos en la actualidad.
El valor añadido de la FP en el mercado laboral es una muestra clara del rango de competitividad que puede adquirir un alumno tras recibir esta formación. ¡No pierdas un minuto y visita nuestra página web!